Es fundamental que pasen por la etapa de mamar. Es un acto instintivo y les produce un cambio en el comportamiento, cuya falta será muy acusada en aquellos que no lo hacen. Éstos son gatos menos juguetones, más caprichosos con la comida y tienden a “mamar” objetos o nuestras manos constantemente. Están descritos, y se ha comprobado en numerosos casos en gatos criados por las personas con biberón, comportamientos de este tipo, e incluso pueden llegar a ser gatos más ariscos en el trato si no se les educa bien después.
Si un gato no pudiera ser amamantado por su madre, debemos obtener leche que sea lo más parecida a la materna, que no es la de vaca, bien en tiendas especializadas, en el veterinario, o, en su defecto, leche en polvo infantil un poquito más concentrada que como se les da a los bebés humanos.
Una vez el gato ha sido destetado de su madre al mes y medio de vida, debe mantener una alimentación completa y equilibrada de alta calidad en los meses siguientes. Los gatos, a pesar de los tópicos, no deben ser alimentados con sobras de comida, pues en su dieta faltarían entonces los aminoácidos y las vitaminas.
Los gatos tienen muy desarrollado su sistema olfativo, por lo que su comportamiento depende en gran medida de los olores. Si se habitúan desde pequeños a una alimentación, será difícil variarla en el futuro. En la naturaleza, los gatos, como son felinos y por tanto cazadores, ingieren comida sólida a las cuatro semanas de nacer, pero en su vida casera se puede retrasar hasta las seis semanas.
La consistencia de la comida también es importante. Fundamentalmente, debe ser seca. Se les puede dar comida de lata, más blanda, de vez en cuando o para administrar algún fármaco, pero no es aconsejable remojar el alimento o que lo tomen siempre húmedo. Los nutrólogos elaboran cada día alimentos más específicos para cada edad o estado fisiológico. Existen ya en el mercado variedades de alimento según la edad y también en función del tipo de gato.
LOS NUTRIENTES
Los que un minino necesita diariamente se dividen en grandes grupos:
- Las proteínas: fundamentales para el crecimiento, para una buena musculatura y para su capacidad de reproducción. También son su fuente de energía y le dan al pelo el brillo y textura que debe presentar.
Las encontramos en la carne, el huevo, la leche y sus derivados y en el pescado. Su porcentaje representa entre un 25 y un 35% de la dieta. - La grasa: fuente de calorías indispensable. Para el manto de pelo son de gran importancia. Se encuentran en los aceites de origen vegetal y animal. Su porcentaje oscila entre el 15-35% de la alimentación.
- La fibra: esencial para un buen funcionamiento del tránsito intestinal. Proviene de la pulpa de la remolacha, de la fibra del maíz, etc. Existen dietas especiales con un alto contenido en fibra para aquellos gatos que muestren dificultad en el tránsito intestinal o para bajar un poco de peso.
- Los hidratos de carbono: son peor tolerados por los gatos si no están bien cocidos y en las dietas aparecen en su justa medida. Los proporcionan la patata, el arroz y el maíz. Constituyen a la vez una buena fuente de energía y una ayuda en el control de la buena salud intestinal.
- Los minerales y vitaminas: son necesarios en muchas funciones vitales como el buen funcionamiento de los músculos, el esqueleto, los órganos en general y el sistema nervioso. Dentro de éstos encontramos el calcio, el fósforo, el potasio y todas las vitaminas de grupos A, B y C.
- Los oligoelementos: como el cobre, el cinc, el magnesio, etc, también deben estar incluidos en la dieta para que la alimentación sea completa de verdad.
Todos estos elementos conformarán una buena alimentación, de ahí la importancia de dar al gato alimentos ya preparados y de buena calidad. Los gatos requieren muchas proteínas por su condición de carnívoros y los déficits en éstas provocan alteraciones en su esqueleto, manto o en cualquier otro sistema orgánico. Así, por ejemplo, la carencia de Taurina, un aminoácido esencial para el gato, provoca alteraciones cardíacas y oculares.
Si nosotros quisiéramos cocinar una ración diaria para nuestro gato, deberíamos tener en cuenta todos los ingredientes anteriores y controlar tanto las proporciones como la calidad del alimento final.
EL AGUA
A los gatos no se les conoce como buenos bebedores por lo general, aunque la verdad es que les encanta el agua que sale de los grifos y de las fuentes, sobre todo si está fresca. El agua es una parte fundamental en su dieta, ya que como ésta debe ser muy proteica, consumir agua les evita problemas urinarios en un futuro. Proporcione agua fresca a diario en un recipiente limpio. A muchos gatos les resulta más apetitosa si está en recipiente de cristal.
Si la alimentación de nuestro gato es húmeda, requerirá menos agua en su dieta diaria y teniendo en cuenta que no eliminan agua en tanta cantidad como nosotros (sudoración, por ejemplo), aunque los veamos beber poco, no hay que preocuparse en exceso.
Cuando los gatos lactantes pasan a una alimentación seca, sí que requieren beber más, y, de hecho, beberán más que cuando sean adultos. Una vez pasada la etapa de lactancia, no requieren aporte especial de leche y, a pesar de los tópicos, la leche de vaca les produce diarrea.
ALGUNAS PAUTAS
- El sitio para colocar la comida del gato no debe ser un lugar de paso, ni céntrico, para que se sienta cómodo. Tampoco se deben colocar sus recipientes al lado de la bandeja de arena (bandeja de excrementos).
- Se necesitan dos recipientes sólidos con una base ancha para que el gato no pueda volcarlos. Se deben lavar a diario y colocarlos sobre una esterilla o alfombra que no permita el contacto del alimento derramado con el suelo.
- A los gatos les gusta el alimento fresco y reciente. Es preferible rellenar varias veces al día el recipiente que poner grandes cantidades.
- El sistema de alimentación del gato hace que éste coma en periodos cortos y repita esta acción varias veces al día. Esto es lo más normal e indicado.
- También a los gatos, dado su instinto cazador, les gusta la comida a una temperatura más elevada que a otros animales. En la naturaleza, la alimentación pasa por la caza de presas que se ingieren a la temperatura corporal normal.
- No es de extrañar que nuestro gato coma hierba o plantas de las que tengamos por casa. Su acción purgante le ayuda a regurgitar, si lo necesita, restos de alimento o bolas del pelo. Para ello nos aseguraremos de no haber utilizado fertilizantes ni herbicidas en esas plantas, puesto que los gatos son muy sensibles a los tóxicos.
- Si un gato sufre anorexia (pérdida de apetito), bulimia (desorden en su alimentación) o vómitos frecuentes, es síntoma de que algo falla. Deberemos visitar al veterinario, pues puede estar incubando alguna enfermedad o padecer alguna molestia gástrica.
- El gato se alimenta “ab libitum”, cuando él quiere, normalmente sin problemas.
- Su alimentación debe ser preferiblemente seca, la húmeda habrá de ser racionada y en menor cantidad.
- No debe darse nunca carne cruda, pues puede almacenar parásitos y/o bacterias.
- No sería deseable que ingiriera comida para adultos si es un gato pequeño, ni comida para perros.
- No darle huesos ni restos de nuestra comida, porque así le convertiremos en un gato con problemas de alimentación.
- Si nuestro gato no come en unas horas no hay por qué alarmarse, pero si persiste en no comer nada en 24 horas debemos llevarlo al veterinario.
- Cada edad requiere una nutrición que debemos respetar, no dejemos que nuestro gato tenga deficiencias innecesarias. Existe comida especial para cada edad y la cantidad recomendada nos viene indicada en el paquete que compramos.
Fuente: www.mascotas.consumer.es
1 comentario:
Siempre consultando al veterinario de nuestra confianza, por supuesto.
Gracias por comentar!
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