Trastornos digestivos
Los gatos suelen ser muy exquisitos con lo que comen, por lo que es bastante raro que se intoxiquen. Sin embargo luego les encanta tragarse todo tipo de cosas extrañas, como tapones de bolígrafo o alfileres y agujas. Las agujas, sobre todo si van con el hilo, son muy peligrosas, ya que ese hilo puede incluso cortar el intestino como si fuera un cuchillo. Si observamos que el gato vomita o tiene diarrea lo primero es dejarle unas horas el estómago en reposo, es decir, quitarle tanto la comida como el agua, y si persisten los vómitos llevarlo inmediatamente al veterinario para que establezca un diagnóstico correcto.
También hay que tener cuidado con las plantas que tenemos en casa. Los gatos tienen un comportamiento natural de purgarse. En la naturaleza elegirían las plantas adecuadas, pero en casa se tienen que apañar con lo que encuentran, que normalmente es tóxico para ellos. Para evitar esto, existen en el mercado productos como la hierba gatera, que está pensada para que se la coman, o jarabes a base de malta, que sirven de purgantes y además tienen la función de evitar que se atasquen bolas de pelo en el intestino.
Enfriamientos
Los gatos se pueden resfriar igual que nosotros. Los síntomas son los mismos, aunque la temperatura normal de los gatos está entre 38,5ºC y 39,2ºC, por lo que siempre les notaremos más calientes que nosotros. El que tengan la nariz caliente no significa que tengan fiebre, puede que hayan dormido al lado de la calefacción o cualquier otra cosa. Tendrán mucosidad nasal, conjuntivitis, toses y estornudos. Un problema puede ser que al taponárseles la nariz no huelen la comida y se pueden negar a comer. Habrá que forzarles un poco siempre que no tengan vómitos. Por supuesto jamás le daremos ningún medicamento por nuestra cuenta, ya que los gatos son muy sensibles a medicamentos de uso frecuente, una simple aspirina puede producirles un daño en el hígado irreparable, y un cualquier producto que lleve Paracetamol a una dosis normal para personas puede matarles. Siempre debemos acudir al veterinario para que nos asesore debidamente.
Problemas de piel y pelo
También les afectan numerosos problemas de piel. Los hongos, las sarnas y los demás parásitos externos les producirán un pelo pobre, con una piel dañada y seca, formación de costras y dermatitis (infecciones de la piel).
Cuando nuestro gato presente un pelo sin lustre siempre es un síntoma de alguna enfermedad, dado que son unos animales muy limpios, que pasan gran parte del día acicalándose y lamiéndose todo el cuerpo. Esto hace que traguen gran cantidad de pelos, que pueden formar grandes bolas en el intestino y atascarlo, produciendo también vómitos. Existen en el mercado jarabes a base de malta que disuelven esas bolas de pelo e impiden que se formen nuevas, y que al mismo tiempo aportan taurina a la dieta del gato. El veterinario nos indicará con qué frecuencia debemos dárselo a nuestro gato. Los gatos de pelo largo exigen mucho más cuidado en su pelo, ya que suele ser muy fino y se forman enseguida gran cantidad de nudos, que el animal no es capaz de deshacer. Estos nudos van tirando de la piel e irritándola, al mismo tiempo que impiden que esa piel respire correctamente, por lo que cuando al final conseguimos deshacerlos es frecuente encontrarse con una dermatitis. Existen también muchas enfermedades que pueden alterar el pelo de nuestro gato, como un problema hormonal, problemas hepáticos, etc.
Algunas Enfermedades Infecciosas
VIRALES
- Leucemia Felina: es una enfermedad exclusiva de los gatos, no se contagia a otras especies ni al hombre. Entre gatos se contagia por contacto directo o contacto con las secreciones (orina, saliva). Produce una inmunodeficiencia, es decir, una bajada de las defensas del animal, con lo que está expuesto a contagiarse cualquier enfermedad sin poder protegerse. Desgraciadamente no tiene cura, pero hoy por hoy la vacuna es bastante efectiva.
- Rinotraqueitis: afecta a la zona de la nariz y la tráquea, produce congestión nasal, toses, estornudos y fiebre, y también úlceras en las mucosas de la boca. El problema es que un gato con mucosidad que no puede oler la comida no va a comer, por lo que puede llegar a producir anorexia.
- Panleucopenia: Afecta a las hembras gestantes, y produce alteraciones en el cerebro de los gatitos dentro del útero, que luego se manifiestan por alteraciones nerviosas y a nivel del crecimiento y de las reacciones. Tiene un gran porcentaje de mortalidad.
- Calicivirus: es bastante similar a la Rinotraqueitis, produce también alteraciones en la mucosa de la boca, conjuntivitis y descarga nasal, con estornudos y producción de gran cantidad de legañas.
- Peritonitis Infecciosa Felina: es una enfermedad con una gran mortalidad, que en los últimos años cada vez se diagnostica con mayor frecuencia. Tienen mayor peligro los gatos que tienen acceso a la calle, pero también se dan casos en gatos caseros, ya que aún no se sabe bien cómo se transmite. Puede producir abscesos y tumores en la cavidad abdominal, o también puede producir una gran ascitis (acúmulo de líquido en el abdomen) y alteraciones en el hígado. Desgraciadamente tampoco existe cura, por lo que lo mejor siempre es prevenir.
BACTERIANAS
- Clamidias: producen una conjuntivitis que se puede volver crónica si no se trata correctamente así como problemas respiratorios. Nuestro veterinario sabrá indicarnos cuál es el tratamiento más efectivo.
HONGOS PATÓGENOS
- Dermatofitosis: los hongos son muy frecuentes en los gatos recogidos de la calle o que han sido mantenidos con malas condiciones higiénicas. Se manifiestan por manchas redondas depiladas y recubiertas de descamación. Las principales especies que afectan a nuestros gatos son el Microsporum y el Trichophyton. Se pueden contagiar fácilmente a las personas, en las que producen pequeñas heridas en forma de quemadura de cigarro, que se curan fácilmente. En los gatos también se curan muy bien, pero es mucho más pesado, dado que el hongo se mete en la raíz del pelo y hay que dar un tratamiento durante al menos un mes para curarlos del todo.
Algunas Enfermedades Parasitarias
INTESTINALES
- Áscaris y Tenias: son parásitos intestinales, y los primeros se transmiten al gatito por la ingestión de alimentos crudos y tambien a través del útero en la gestación y de la leche de la madre, mientras que las tenias se transmiten por las pulgas, la ingestión de alimentos crudos o de pequeños roedores. Salen con las heces en su forma adulta como lombrices (que a veces alcanzan hasta un palmo de tamaño). Los animales parasitados por tenias manifiestan un notable apetito y, sin embargo, presentan un aspecto delgadísimo. Los ascáridos, o gusanos redondos, producen síntomas de anemia y agotamiento general y, a veces, diarreas hemorrágicas. Es fundamental desparasitar a los gatos con la frecuencia que nos indique el veterinario y no darles nunca vísceras crudas como alimento.
- Toxoplasmosis: es una enfermedad originada por protozoos que produce síntomas de resfriado en el gato y que se puede contagiar al hombre. En una persona adulta produce también síntomas de resfriado sin riesgo. En mujeres en los dos primeros meses de embarazo puede producir alteraciones en el crecimiento del feto, por eso es muy importante prevenirla. Pero lo primero que hay que saber es si la mujer tiene o no anticuerpos. Si los tiene no hay peligro, y si no los tiene hay que saber las formas de contagio: el contagio a las personas se produce únicamente a través contacto directo con los huevos de toxoplasma que están en las heces de los gatos; estas heces deben haber estado al menos 24 horas en contacto con el aire; el gato debe tener una infección activa por toxoplasmas, es decir, que debe tener síntomas de la enfermedad. Por eso la mejor prevención es que alguien se encargue de limpiar el cacharro del gato provisto de guantes al menos una vez al día con un producto que lleve amoníaco y no darle al gato vísceras crudas ni leche sin cocer. También debemos saber que el hombre puede coger la Toxoplasmosis comiendo verduras mal lavadas o vísceras y carne poco cocinadas.
- Coccidiosis: es otro protozoo que afecta sobre todo a los cachorros entre el primer y cuarto mes de vida, aunque también puede afectar a los adultos. Los síntomas son diarreas y pérdida de peso acompañados de inapetencia. Se contagia fácilmente entre los gatitos por lo que es aconsejable aislar a los enfermos. Los excrementos son el vehículo de contagio. El tratamiento se debe dejar en manos del veterinario.
EXTERNOS
Los parásitos externos suelen afectar a los gatos que tienen acceso a la calle, un gato casero es difícil que coja pulgas o garrapatas, pero también existe la posibilidad de que las traigan cuando lo compramos o nos lo regalan.
- La infestación por pulgas cursa con picor, están inquietos ya que las pulgas se mueven a gran velocidad sobre la piel. Son muy difíciles de ver, pero en los gatos con gran cantidad o en los gatos blancos se pueden ver pequeñas motitas de color marrón sobre la piel. Si echamos una de esas motitas sobre un papel blanco, la mojamos y al arrastrarla deja una huella de color marrón es que son heces de pulgas. Existen muchos productos en el mercado para combatirlas, nuestro veterinario sabrá aconsejarnos sobre el mejor.
- La infestación por garrapatas no produce picor, pero la garrapata introduce parte de su cabeza y patas dentro de la piel, produciendo irritación local. No debemos tirar de la garrapata, sino matarla primero con una gota de aceite o alcohol y luego dejar que se caiga sola para que no quede dentro de la piel ningún resto que pueda producir una infección.
- Sarna: está producida por ácaros, produce mucho picor y caída del pelo. Los gatos se rascan y se producen heridas. Un tipo de sarna es la Otocariosis, que afecta sólo a las orejas y oídos. Los ácaros están dentro del conducto del oído, lo irritan y hacen que se produzca mucho cerumen de color marrón que huele a rancio y hace que los oídos estén sucios. Producen mucho picor y el gato puede hacerse heridas en las orejas al rascarse. El veterinario nos indicará las gotas necesarias y si hace falta un tratamiento general.
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