La preñez normal de las gatas tiene una duración aproximada de 63 a 64 días, tras los cuales sobreviene el parto. Sin embargo, en determinadas ocasiones y con más frecuencia en los birmanos, siameses y balineses, las hembras pueden retrasar la llegada al mundo de sus hijos por diferentes motivos, así como "adelantarse" de 1 a 4 días en función de condicionantes ambientales, hecho común a todas las razas.
Durante esta época, las futuras madres han de recibir cuidados especiales en cuanto al trato cotidiano y también, lógicamente, respecto a la dieta alimenticia, hay que alimentar con un alimento premium para cachorros que ya viene adicionado con vitaminas y minerales.
Unos días antes de que esperemos el nacimiento de los cachorros, debemos preparar un cajón amplio cuyas paredes tengan una altura no superior a 15 cm y en el que dispongamos algunas tiras de papel de diario sobre un fondo de trapos limpios, se situará en un rincón tranquilo y recogido, aislado del frío y las corrientes de aire.
El parto y la lactancia de los gatitos:
Por regla general, todas las razas de gatos son absolutamente autosuficientes, y en este particular período biológico las hembras, incluso primerizas, se muestran capaces y eficientes limpiando, lamiendo y recibiendo perfectamente a sus hijos, que llegan a un número variable de 3 a 6 por término medio. Sólo en casos muy especiales o patológicos, habremos de recurrir al auxilio de Médico Veterinario para concluir este episodio.
Los cachorros nacen con los ojos cerrados y van abriéndolos a partir de los catorce días de vida, maman con avidez, durmiendo frecuentemente durante muchas horas.
Es frecuente que gatas, incluso muy cariñosas, se muestren feroces y recelosas con sus amos los primeros días después del parto, sin dejar que se aproximen a los recién nacidos. No debemos nunca intentar aproximarnos contra la voluntad de la madre, contentándonos con observar cuidadosamente a los pequeños cuando la gata abandone el cajón para comer, beber o evacuar.
Aún las madres más recelosas suelen permitir a sus dueños que se aproximen a la camada, transcurridas cuarenta y ocho horas desde el parto.
La lactancia suele prolongarse durante un mes o algo más, pero a partir de las cuatro semanas iremos ofreciendo a los cautivadores cachorros diferentes alimentos blandos (leche maternizada, maizena muy claras, etc.) en una cucharita de madera, jeringa o biberón que acercaremos a su naricita hasta tocarla.
Si los gatitos comienzan a interesarse por el alimento que les ofrecemos, el destete se producirá pronto y sin problemas. Durante este período, la madre habrá de recibir una alimentación muy completa, energética y equilibrada, pobre en grasas, pero enriquecida en proteínas, vitaminas y sales minerales.
Las camadas numerosas, superiores a 8 crías, tienen pocas probabilidades de alimentarse homogéneamente y será necesario ayudar a la madre, amamantando artificialmente a varios gatitos con leche preparada para cachorros huérfanos.
Fuente: www.mascotia.com
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